«Va la corriente clara y cristalina
de Turia tan suave y placentera.
que a penas dareys passo en la ribera
sin pisar lirio, o rosa, o clavelina.»
El militar-poeta, entre enemigos y prisionero de la fría niebla junto al Elba, añoraba el placentero Turia de su Valencia natal.
Hoy está mal visto el poeta-soldado Rey de Artieda por los profetas del autoodio contra Valencia y España. Con sesgada interpretación de los hechos, marginan a los que se han sentido españoles desde la Edad Media. Es significativo que el citado Rey de Artieda lo excluyan hasta del callejero de los barrios céntricos y, sólo en la alejada pedanía de El Palmar, le dediquen una calle.
La abundancia de caballeros poetas fue característica del Reino de Valencia y, entre ellos, existía la convicción de pertenecer, sin ninguna duda, a España. Fuera Ausias March o Rey de Artieda, el sentimiento brotaba metafóricamente en las estrofas. Hacia el 1445, Ausias March versificaba sobre «lo viscaí qui es troba en Alemanya» y que sólo puede ofrecer remedio a su mal un médico «d’Espanya‘. Es decir, el vasco que se encontraba en Alemania añoraba los médicos que dejó en España, lo que no deja de ser un recurso poético de ensalzamiento patrio.