«Yo, como valenciano, no concibo una fiesta sin pólvora.» (Pérez Escrig, E.: Los cazadores, Madrid, 1876, p.308)
En Méjico y EE.UU
Similar a una antigua y multitudinaria Semana Santa del Grao, con heroínas bíblicas y aparatosos ‘ronquinos’1 o soldados romanos, los participantes no son pescadores valencianos ni obreros del puerto, sino descendientes de aquellos aztecas que se enfrentaron a Cortés. Esta celebración religiosa se representa cada año en el barrio mexicano de Iztapalapa, siendo la más popular de México, con miles de espectadores que acuden de toda la nación o lo ven por la TV estatal ¿Qué tiene que ver esto con Enrique Pérez Escrig? Lo que hablan los protagonistas son diálogos que siguen los de la obra ‘El Mártir del Gólgota’ del valenciano Escrig, gran novela histórica con descripción documentada de la Roma decadente y la irrupción del cristianismo (el concienzudo literato se documentó incluso con enigmáticos evangelios apócrifos). Todavía en 2007, en México, salió una de las ediciones de esta erudita obra publicada en 1864. ‘El mártir del Gólgota’ se tradujo al francés (París, 1868), y al inglés (Nueva York, 1887). Algo más al norte, desde Washington a New York, las novelas de Pérez Escrig servían para la enseñanza del español. La modélica prosa de relatos como ‘Amparo’ era analizada y puesta de ejemplo para los alumnos yanquis que deseaban aprender la lengua de Cervantes.