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El 155 y el catalán orgulloso, egoísta, receloso, tacaño…

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Carecían del 155, pero los Tercios del Reino de Valencia, en 1649, expulsaron a los golpistas catalanes del Maestrazgo de Montesa. Tras conquistar Tortosa, parte de ellos siguió al enemigo hasta la entrada en Barcelona (Tratado de la Real Señera, 1993, p.317)

Días de incertidumbre y tristeza. Periódicamente, aprovechando debilidades y posibles adhesiones externas, vuelven los catalanes con su locura mezquina a intentar destruirnos. En el siglo XV invadieron el valenciano Maestrazgo de Montesa, y el Ebro se tiñó de su sangre por la defensa que nuestra Orden de Montesa hizo del territorio. En 1642, con la entrega a Francia, volvieron a invadir y saquear Morella, San Mateo, etc. En esta ocasión, los Tercios del Reino de Valencia derrotaron a los catalanes, entraron en Tortosa y persiguieron hasta Barcelona a los miserables del ficticio Principat. Los libros de Historia, sin excepción, silencian estos hechos. Pero muchos valencianos, como mis yayos, conocieron la calaña de esta gentuza. Así, el lexicógrafo y literato Joaquín Martí Gadea (Balones del Reyne de Valencia, 1837) le tocó vivir en tiempos convulsos, donde los españoles se enfrentaron entre ellos hasta la muerte. Conoció, por tanto, la miseria y grandeza de la sociedad española y sus protagonistas. Fruto de ello fue la denuncia de los eternos avariciosos:

“el catalá… brusch, altaner y poch atent, es orgullós, egoiste, recelós, tacany o meçquí, raboser…” (Gadea: Tipos, 1908, p. 381)

El certero análisis lo tituló “El catalá, si no la feta la fará” (ib. p.381). Allí descargaba su conocimiento del insaciable y ansioso vecino del Norte: los catalanes son zorros en los tratados comerciales, presumen de que no hay tierra mejor que la suya y, por eso, se sienten superiores a los demás, no se fían de nadie y, como uno se descuide, te engañan, etc. El sabio Gadea aclaraba que “totes estes coses” motivaron “posarli el títul a este articulet y arrematarlo en la consabuda cansó:

Martí, tírali,
catalá, matalá;
no tractes en barrets rojos
que algú te la pegará” (ib.p.381)

Ahora son los propios valencianos quienes catalanizan mediante la falsa Escola Valenciana, la mojiganga de colaboracionistas de la Enseñanza, la prensa del grupo Moll y hasta Mercadona que, junto a mi casa en Alicante, anuncia: “Agafi la seva bossa”. Todos callan y usan productos lingüísticos impuestos por el fascismo inmersor. Hasta la histórica Taula de Cambi la falsean en Taula de Canvi en Wikipedia, contaminada fuente de sabiduría para estudiantes y periodistas. La manipulación es tan maquiavélica que los intelectuales callan sobre el comportamiento social conocido de todos, el denunciado por Gadea en 1908: que el catalán es orgulloso, egoísta, receloso, tacaño, mezquino y zorro; y sepultan en olvido lo que no les interesa; por ejemplo: Tras en el golpe de estado cometido en 1462 contra el rey de Aragón y Valencia, entregaron Cataluña al rey de Castilla. ¡Al rey de Castilla! Creo que los de la CUP y TV3 no han divulgado mucho esta efeméride. ¡Antes que los Reyes Católicos, los catalanes se unieron a Castilla libremente! Así, el Capellán de Alfonso el Magnánimo, anotaba:

“se querían entregar a su real magestad, que fuera Conde de Cataluña, y el rey aceptó, e hizó que
se anunciara por Castilla que era Conde de Barcelona, y en Barcelona fueron alzadas banderas del
rey de Castilla” (Dietari del Capella, 1462)

Y añadía más información:

“en aquella nit, en la ciutat (de Barcelona) fan grans alimares, e per lo matí alçen banderes del rey
de Castella ab gran cerimonia, cridant: ‘Viva (sic) lo senyor don Anrich, rey de Castella, compte de
Catalunya” (Dietari, p.133)

Ahora, en vísperas de la aplicación del 155, lo que se estudia es muy distinto a lo sucedido. Los catalanes de 1462 se referían al condado de Cataluña, hoy falseado en reino de Cataluña o Corona Catalana. No hay Memoria Histórica para recordar esta entrega de Cataluña al rey de Castilla; y más chocante es que, al año siguiente, sin que ningún barco Piolín amenazara desde el puerto de Barcelona, ni la Guardia Civil encañonara a la del desodorante (valga la inelegante transgresión anacrónica), los catalanes celebraron la fiesta del Corpus, la más importante en aquel tiempo, y enarbolaron… ¡la bandera de Castilla!:

“digous, a XVIII de juny, los de Barcelona prorogaren la festa del Corpus Cristi… e fonch feta
solempna profeso ab la bandera molt rica del rey de Castella” (ib. p.323)

También es desconocido que el rey de Castilla rechazó ser conde de Cataluña. El cronista, con toque irónico, anotó lo sucedido en 1463:

“…el rey de Castilla renuncia a los catalanes (…) explicaban sus mensajeros, cómo su señor rey de Castilla
los devolvía a su libertad y que eligiesen conde o señor a quien quisieran” (ib. p.323)

Esperamos que el 155 mitigue la neurastenia de quienes nos provocan cataclismos sociales y autodestrucción periódicamente. Por cierto, aquella famosa profecía de Arnau de Vilanova, por su contenido… ¿presagiaba lo que puede suceder en este 2017?:

“¡O Barchelona malvada!
Molt seras desvergonyada,
que de tots serás acabada
e de tots desamparada…
¡O Barchelona! ¿Qué farás malvada?
Car de ta senyoría serás despullada
e de tots privilegis deseretada”

(Profecía d’Arnau de Vilanova, A. de Valencia, sig. 16, any 1484, en Protocol de Jaume Gimeno)