Transcurrido cierto tiempo desde que Compromís consiguió el poder en Godella, observamos que actúan como si estuvieran al frente de una mini República Catalano-Sobaquera. Con la aureola del progreso (el suyo personal, claro) catalanizan frenéticamente con el dinero de los contribuyentes. Así, la eufórica militante de Compromís Eva Pilar nos invita a la web del ayuntamiento, “su casa virtual”, convertida en academia de catalán. Y es que, pese a la crisis en Sanidad, Pensiones, Comunicaciones, etc., en Godella sobran millones para catalanismo y la ‘Agència de promoció del valencià’ (es decir, falso valenciano), que adoctrina según dicta el IEC de Barcelona. La alcaldía la ha logrado Pilar con un ‘pacte de progrés’, pues ella es progresista, culta, digna y, según la fotografía, sin pelambrera en el sobaco ni hedor a cadaverina, supongo; pero lo que sí huele es que la funcionaria y senadora Dolors Pérez, de Compromís, diga en Madrid que “los valencianos somos catalanes”, y la tía del bastón siga exultante de ello. ¡Quína vergonya doneu!.
Aquella ‘alquería de Godella’ del año 1237 ha caído en el lodazal del fascismo expansionista catalán, cuya única arma es la idiomática. Los del Compromís tienen a su tianuria en esa feliz alcaldesa que escupe al valenciano; pues ella escuchó a sus padres usar, p.e., el pronombre ‘mos‘, pero usa el ‘ens‘; y también el sust. ‘ferramenta‘, que repudia por ser similar al español herramienta. La causa de este pecado léxico es su condición de cultismos etimológicos derivados del latín ‘ferramenta‘, que Eva Pilar sustituye por el catalán ‘eina‘, según vemos en su ‘casa virtual’. Mira, Pilar, nuestros antepasados escogieron ferramenta por su claridad semántica, pues eina era un arcaismo que triunfó en catalán, pero en valenciano era aina (‘ayna‘ en el Medievo), voz anfibológica con el mozarabismo valenciano aina, adverbio inexistente en catalán, inconveniente que provocaría el triunfo de ferramenta:
“el valenciá aina, com adverbi apresa o fácilment” (DECLLC, en doc. val. del 1500)
“atre ull en un pegat que ahines no sel llevára” (Coloqui de coloquis, s. XVIII)
“més ahines: más pronto o más bien” (Escrig: Dicc.1851)
“ahines: por poco. No tan ahines: no con tanta facilidad” (Escrig: Dicc. 1887)
“l’afisió … no se pedrá tan aina”, o fácilmente (Canyisaes, Monóver, 1907)
“el valenciá aina, apresa, … d’ arrail mosárap” (DECLLC)
Eva Pilar, creo que has llevado una vida triunfante de cargos oficiales en la Generalitat, donde las cataratas de dinero público a la catalanización cegaban la percepción del fascismo expansionista. Ya no podéis rectificar, sino todo lo contrario. Tenéis que catalanizar a la sociedad, empezando por la imposición de nombres y apellidos en catalán desde el primer día de vida. Abogada y funcionaria de la Generalitat, ‘Cap de secció de convenis i subvencions de la Conselleria de Sanitat’, conoces la dramática precariedad de la Sanidad pública, pero perteneces al Bloc de Progrés, colaboracionistas fatuos que van con la bandera catalana, los mapas de la Gran Cataluña y adoctrinan la catalanización como autopista a una Edad de Oro de progreso y civilización; y quien se oponga, es el enemigo. Tu misma, con el bastón más arriba de los amenazadores sobacos, decías:
«La vara podría exhibirse como un arma disuasoria en manos de la autoridad…, y que por encima de la ley no hay nadie» (Eva Pilar, el día que enarboló el bastón)
Si existieran un juez preparado, que no lo hay, os procesaría por burlar la ley del Estatuto que, lógicamente, sólo reconoce la lengua o idioma valenciano. Los que gastáis alegremente el erario cometéis una vileza, que la corrupción a todos los niveles no quiere juzgar; y encima presumís de salvapatrias, cuando sólo sois colaboracionistas del expansionismo catalán fascista y cutre, aquel que comenzó a gestarse hacia el 1900 con Prat de la Riba y Pompeu Fabra. Lee, Eva Pilar, lee despacio lo que dice la Ley y, después, insiste en tu autoodio:
A ver, Eva Pilar, si has leído la susodicha ley sobre el idioma valenciano, ¿por qué promueves en tu ‘casa virtual’ (pagada por los godellenses) sintaxis y léxico inexistente en dicho idioma? Es decir, la jerga que aparece en textos de los prostitutos catalanistas del siglo XX, y sus víctimas. Dime, alcaldesa justiciera, ¿no te sonrojas hasta los sobacos de ese barbarismo rupit que enseñas a los niños?, ¿y guineu?, ¿y bastina?, ¿y “tardor amb serenera… tardorals”? ¿y “a despit del gener”? Ese estiercol del IEC no lo conocían ni tus padres ni los míos. Lamentablemente, es la Agència de promoció del valencià del Ajuntament de la República Sobaquera-Catalana de Godella quien comete este delito lingüístico con dinero de los impuestos.
Al ser imposible analizar una por una las cerdadas idiomáticas de la ‘casa virtual’ de la jovial Eva Pilar, escogemos una:
«la guineu, qui se n’alça ja…” (Godella: Oficina Municipal d’Ús i Promoció del Valencià»
Al cast. ‘zorra‘ le corresponde en val. moderno, el de nosotros, ‘rabosa‘; y, en cat., ‘guineu‘. Pero las medias verdades y el juego sucio lo dominá el catalanismo y, en el caso de “guineu’, nos dirán que ha sido la recuperación de una voz clásica. Silencian el caótico contexto medieval donde los romances hispánicos y su léxico convivían. Hacia el 1400, en castellano tenían ‘zorra‘; pero también ‘vulpeja‘, ‘gulfara‘, ‘gulhara‘, ‘gulharra‘, ‘marfusa‘, ‘farona‘, ‘gulpeja‘, ‘gollieja‘, etc. Así, el Arcipreste de Hita usaba tres variables en los manuscritos del Libro de buen amor. Lo mismo sucedía en valenciano, portugués y catalán. En el Medievo, las jóvenes lenguas trataban de vencer la incertidumbre morfoléxica abandonando progresivamente variables (que se convertirían en arcaísmos), y adoptaban lo que sería el futuro léxico, en nuestro caso, del valenciano moderno, que se decantó por el iberorrománico ‘rabosa‘ (de probable origen mozárabe), mientras que en catalán prefirieron ‘guineu‘, salvo en la zona valencianizada de la ruta a Lérida, según recuerda Corominas:
«en el Principado reina guineu, sin otro rival que la zona guilla en el Nordeste; y una de poca extensión de rabosa en el extremo Sudoeste” (DECLLC, IV, p.737)
La dualidad del val. rabosa y el cat. guineu es la que existía y conoció Jaume Massó en el 1900, evidencia que le hizo cometer otro error anacrónico en su falsificación de las ‘Regles d’esquivar vocables’, que pretendía hacer pasar por manuscrito del 1492. En tal fecha, igual, que en castellano, reinaba la incertidumbre y oscilación isoglósica sobre la denominación del carnívoro (guilla, guinarda, rabosa, guineu, guinaut…) , pero Jaume Massó no lo tuvo en cuenta y escribió la regla 142 para atribuirla a Fenollar:
“evitar de dir… guineu per rabosa” (Regles d’esquivar vocables, r.142, falsificación de Jaume Massó hacia el 1930)
Ya en el 1500, otro vocablo de distinto significado y origen incierto, cuasihomógrafo de guineu, provocó el triunfo definitivo del iberorrománico ‘rabosa’. Se trataba del masculino ‘guineu‘, equivalente a calabozo, prisión, cárcel, mazmorra…; semantismo exclusivo del valenciano:
“estiguí en lo guinneu” (Autobiografia de Bernat Guillem, 1588)
“les portes de les presons y guineus de les Torres de Serrans” (Pragm. Real, 1620)
“tancanlo en un guineu” (Contrafurs del Duc de Arcos. Corts del any 1645)
“Navarro mort… en la torre dels Serrans, en un guinneu” (Dietari Ayerdi, 1674)
“trauré dels teus guineus” (González: Sacro monte Parnaso, 1687)
Mira, Eva Pilar, los que torturáis al valenciano fingiendo cientifismo no engañáis a todos. Das cabida en tu ‘casa virtual’ al catalán del fascista IEC y su mascota AVL, y te doy un ejemplo de cómo asesinan lo que no gusta a Cataluña. Si consultamos el valenciano ‘guillermejar‘ en el falso Diccionari normatiu valencià de la AVL, veremos que no existe para esta banda; pero es mentira, pues Escrig ya lo documentaba en 1851:
‘guillermejar: Tacañear u obrar con ruindad, malicia o picardía” (Escrig: Dicc.1851)
El lexicógrafo también recogía ‘guillermer, guillermejat, guillermería…”. Quizá los sardaneros de la AVL los rechazaron por asociarlos al cast. Guillermo; decisión que obviaba la dificultad de investigar la raíz de esta familia léxica que, quizá, la tuvo en el germanismo guill-. En la Albufera existe la pesca con el ‘guillem‘, especie de palangre; también el cepillo de carpintero, “guillaume; entre fusters” (Escrig: Dicc. 1851), ambos podrían derivar del occitano Guillem o el fr. Guillaume, pero hay que valorar la tendencia del hablante a convertir palabras opacas (arcaísmos que el pueblo olvidó su significado) en transparentes o reconocibles.
El artilugio de pesca ‘guillem’ no deja de ser una astucia o trampa para peces; y el ‘guillaume’ raspa y daña la madera, lo que tiene cierta afinidad con la expresión valenciana (incomprensible en catalán) aplicada al ser humano: “Ferli a u la guillerma: fastidiarle a uno, incomodarle” (Escrig: Dicc.1887). Siempre hallamos un matiz desagradable o despectivo; así, el valenciano ‘enviar a la guillerma‘ equivale a mandar despectivamente a alguien a un lugar desagradable, puede que peligroso, sucio o maloliente, que podría ser una ‘rabosera’ o cueva de la zorra:
“¡tinc unes ganes qu´envíe / el teatro a la guillerma!” (Colom y Sales: Lo que fa la roba, Castelló, 1874)
En la diacrónica telaraña léxica hay palabras que sufrieron alteraciones propias del uso a través de los siglos; es decir, metátesis, cambios de sonoras por sordas, modificación de categoría gramatical, epéntesis, apócopes…; pero en ocasiones se conservan características semánticas del origen, y la familia que comparte la raíz o lexema guill– posee en la casi totalidad de los derivados un matiz negativo, lo que podría sugerir parentesco con los medievales nombres de la zorra: guilhà, guilla, el occitano gueinard, o la guinarda de Jordi de Sant Jordi, etc. Desde siempre el carnívoro se asoció a la astucia, malicia, picardía y ruindad, defectos a que alude un prohibido verbo valenciano:
“guillermejar: tacañear u obrar con ruindad, malicia o picardía” (Escrig: Dicc.1851)
La tacañería era característica de la zorra desde los clásicos. En la antigua Grecia, Esopo nos dejó su fábula del Simio y la zorra: ‘Avarum non dare libenter etiam quod superest sibi…‘; es decir, que el avaro no da voluntariamente ni lo que le sobra a él, que coincide semánticamente con el adj, valenciano “guillermer: tacaño” (Escrig: Dicc.1851) Todo indica que existió un étimo común, pues el provenzal ‘guinardejar‘, obrar astutamente, se documentaba en el 1300.
¿Coloca el olor del sobaco a las miembras de la CUP y Compromís?
En valenciano tenemos el raro sobac, de origen desconocido (¿perromano?, ¿de los latinos subala, subhircus?), que compartimos con el castellano sobaco, port. sovaco, gascón y bearnés soubac, rumano subraț, etc. En realidad, en mi familia siempre escuché »sobaco’ en valenciano, y estaba arraigada la voz y sus derivados:
“sobach, sobaqueres” (Escrig: Dicc. 1851)
“del espart que duen al sobaco” (Gadea: Tipos, modismes, 1908)
“m’agarrá per lo sobaco y…” (La Traca, 13 d’abril 1912)
“s’agarra una cabesa d’alls, se li arranca una dent y se la planta u en el sobaco” (Alba, J.Mª: Pulmonía triple, 1926)
“sobaquines:… olores malos… por los sobacos”(Escrig: Dicc. 1851)
El uso de ‘sobac, sobaco‘ no tenía la ambigüedad de la variable etimológica ‘axila‘ (del latín axilla), que era ‘exella” en Roig (Espill, 1460). Emparentados con el antiguo occitano aissela, fr. aisselle e italiano ascellare, existe el cat. aixella y, con cerramiento vocálico, el val. eixella. Lo decía Corominas: “eixerelló, que corresponde al valenciano eixelles” (DECLLC, p.110) Y volviendo a la pavorosa realidad de este 2018, ¿gusta el aroma del sobaco a Anna Gabriel y a Evita Pilar de Godella? Sería una sofisticación feminista que gustaría a Buñuel o Berlanga para sus guiones: «se decía hircus, propiamente ‘macho cabrío‘, por el hedor del sobaco o sobaquina, y este nombre latino se aplicó también como nombre del propio sobaco».1
Eixa malgénit (o lo que siga) que’s furga el ‘macho cabrío’ de dalt es Anna Gabriel, filla d’andalusos y, per tant, espirita que patix l’embonyigament d’un conflicte moral-llingüístic que, com a tants charnegos, li fa cáurer per l’arbelló dels estimulants forts, com la pudor a sobaquina. En la image de la dreta observem que la chicota está baix els efectes narcótics del forum sobaquer. Els ulls se li tanquen de gust mentres esnifa l’elixir y ansomia que balla el fandango de Huelva, d’ahon era son pare; o que asbrama el ¡Y Viva España! de Manolo Escobar, naixcut en Almería, d’ahon era la mare d’esta bacona de la CUP. Y ara un ducte: si els colaboracionistes de Compromís copien als de la CUP, ¿ha agarrat la sinyora Eva Pilar del Gayato Lliriá la costum d’aulorarse el suc d’eixerelló2? Crec que, de moment, es llimita a catalanisar tot lo que pot en la República Catalana-Sobaquera de Godella.
1DCECH, V, p.272)
2El valenciano ‘eixerelló’ era el refuerzo de tejido, generalmente cuadrado, que se ponía bajo las axilas para proteger la prenda de la toxicidad del sudor del sobaco. Solía adquirir hedor considerable al cabo del día.