Dedicado al valenciano colaboracionista fray Josep Miquel Bausset, de la Abadía de Montserrat, por su estoico silencio ante los desmanes de sus hermanitos monjes con los niños que caían en aquel antro del fascismo expansionista. Él sólo denunció a los «blaveros» en su semanal colaboración en Levante e Información, junto a la publicidad de prostíbulos de tiernas chinitas (que el querubín aceptaba sin rechistar).
Hace días, las fuerzas progresistas del Reino de Mallorca, presas de pavor, se negaron a destapar lo oculto en el caso de prostitución de niñas tuteladas: «Baleares sigue bloqueando que se investigue el abuso a menores tuteladas, 300 días después del escándalo. PSOE, Podemos y Més per Mallorca han vuelto a impedir esta semana que se cree una Comisión de Investigación para esclarecer lo sucedido.» (El Español, 7 noviembre 2020). Otra cosa sería si el escándalo hubiera sido protagonizado por «educadores» de un Gobierno de Vox.