Con el apoyo del jesuita Ignacio Juan, el licenciado Castiel y Artigues, que ejercía de Beneficiado de la iglesia de San Lorenzo en Valencia, publicó en 1727 un ‘Tratado de la Orthographia Española’ que, curiosamente, rezumaba cierta rebeldía hacia la preponderancia del castellano con argumentos como este:
«porque en valenciano se escriven, y pronuncian assi: deixar, debuxar: Luego en castellano en dicha x, porque los dos idiomas son hijos del latín y si el uno es antiguo, el otro también» (Castiel y Artigues: Tratado de Orthographia, 1727)