La ciudadanía valenciana, paralizada por las leyes lingüísticas del expansionismo catalán, implantadas por los corruptos PP y PSOE (más los babosos de Compromís y pringosos esperpentos similares), permite el adoctrinamiento que muta en catalanes a nuestros niños, vileza a la que contribuye diariamente el vetusto periódico de la Falange y de la prostitución más sórdida, el Levante parido por el franquismo cuando el máuser humeaba. Con el Valle de los Caídos y los pantanos, el Levante completa la trilogía de la memoria de Franco.
La catalanada del día: ‘sang’
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