La repetición machacona de estas palabras por la tela de araña colaboracionista de la Generalidad Valenciana, bien en estaciones, centros de Enseñanza o medios de comunicación (À Punt, diarios Levante, Información, Las Provincias, etc.), ha provocado que el ciudadano crea que son propias, cuando no fueron usadas por nuestros antepasados, salvo floralistas del fines del 1800, además de los Fuster, Enric Valor… e inocentes despistados que beben aguas del DRACV de Voro López y Lo Rat Penat. Lo risorio es que, actualmente, las televisiones castellanas, manchegas o andaluzas muestran presentadores, folclóricas, periodistas y comentaristas que usan el vocablo como si perteneciera a la lengua de Cervantes (y los mismos, al estar aprendiendo catalán y huir de confusiones morfo-sintácticas, eliminan progresivamente el neutro lo del español).
Redolia, rodalia, ¿valenciano?
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